Introducción
Shinobi: Art of Vengeance no es simplemente otro relanzamiento de una franquicia clásica; es una declaración de principios que demuestra cómo revivir una saga querida con respeto e innovación. Desarrollado por Lizard Cube -el estudio detrás del excelente Streets of Rage 4– este título marca el regreso triunfal de una de las IPs más emblemáticas de Sega.
Como jugador que creció con los títulos originales de Shinobi (en Sega Genesis), puedo afirmar sin nostalgia que este juego trasciende el mero fanservice para establecerse como uno de los mejores juegos de acción y plataformas de los últimos años.
Cada aspecto, desde su combate exquisitamente afinado hasta su deslumbrante arte hecho a mano, refleja una obsesión por el detalle que honra el legado de la serie mientras lleva la experiencia a nuevos horizontes. Sega está demostrando que su renacimiento no es solo nostalgia: es una promesa de calidad, y Shinobi lidera esta carga con confianza y estilo.
Antes de continuar, quiero agradecer a Sega por proporcionarnos un código para esta reseña y así poder sentirnos unos verdaderos ninjas.
Comenzamos
Shinobi: Art of Vengeance representa la perfecta simbiosis entre el diseño de niveles clásico y las mecánicas modernas.
Encarnamos a Joe Musashi, un ninja legendario cuya búsqueda de venganza contra la corporación ENE sirve como marco para una aventura que mezcla inteligentemente elementos arcade con la exploración metroidvania. Lo que podría haber sido un simple plataformero lineal se transforma en una experiencia rica en capas de descubrimiento, donde cada nivel esconde secretos, rutas alternas y upgrades que recompensan la curiosidad.
La progresión de habilidades sigue una curva magistral: comenzamos con movimientos básicos pero precisos, y gradualmente desbloqueamos un arsenal ninja que incluye desde shurikens y golpes especiales hasta habilidades de movilidad como el dash aéreo, el gancho de escalada y el planeador. Esta estructura híbrida permite tanto una experiencia casual como un desafío profundamente técnico para quienes busquen dominar cada mecánica.
Historia
La narrativa de Shinobi: Art of Vengeance abraza conscientemente los tropos del género de acción de los 80/90, entregando una historia simple pero efectiva sobre venganza y redención.
Joe Musashi regresa para enfrentar a Lord Ruse y su corporación ENE, responsables de la destrucción de su aldea y la petrificación de su clan. Aunque el argumento podría calificarse como básico, su ejecución destaca por un doblaje de calidad y cutscenes que dotan de personalidad a cada personaje.
Los villanos son exagerados pero carismáticos, los héroes son estoicos pero con destellos de humanidad, y todo se envuelve en un tono camp que recuerda a las películas de acción de la época.
No es una narrativa que gane premios por su profundidad, pero cumple excelentemente su función: proporcionar contexto para la acción y motivar al jugador a avanzar en esta aventura épica llena de momentos memorables y enfrentamientos dramáticos.
Jugabilidad
El corazón de Shinobi: Art of Vengeance late con uno de los sistemas de combate más refinados que he experimentado en un juego 2D.
La genialidad reside en su sistema de tres tipos de daño: básico (para reducir salud), rompe-armaduras (para vulnerabilizar enemigos) y de ejecución (para remates espectaculares). Esta trinidad mecánica transforma cada encuentro en un puzzle táctico donde debes elegir inteligentemente tus ataques.
Los combos fluyen con naturalidad, permitiendo encadenar ataques ligeros, pesados, lanzamientos de kunai y habilidades especiales con una fluidez admirable.
La movilidad es igualmente destacable: Joe se controla con una precisión milimétrica, respondiendo instantáneamente a cada input. Las mecánicas de plataforma exigen precisión pero nunca se sienten injustas, con niveles diseñados para aprovechar cada habilidad desbloqueada.
Los «rift challenges» ofrecen los desafíos de plataforma más exigentes, demostrando la profundidad del sistema de movimiento.
Gráficos
Lizard Cube ha superado todas las expectativas con un apartado visual que establece nuevos estándares para los juegos 2D. Cada frame es una obra de arte en movimiento, con animaciones hechas a mano que fluyen con una naturalidad asombrosa.
Los personajes exhiben una expresividad notable en cada movimiento, desde los ataques más simples hasta las habilidades especiales más elaboradas. Los escenarios son variados y visualmente espectaculares: bases submarinas con iluminación bioluminiscente, templos antiguos con detalles arquitectónicos minuciosos, ciudades futuristas con efectos de neón que contrastan con los entornos naturales.
La atención al detalle es impresionante: cada nivel tiene múltiples planos de profundidad, efectos de partículas que realzan la acción sin saturar la pantalla, y una paleta de colores que distingue claramente cada zona.
Es un festín visual que constantemente sorprende con nuevas muestras de creatividad artística a cada momento.
Dificultad
Shinobi: Art of Vengeance ofrece una curva de dificultad notablemente bien calibrada que acomoda tanto a jugadores casuales como a los más hardcore.
Los primeros niveles sirven como tutorial orgánico que introduce gradualmente las mecánicas principales, mientras que las etapas finales exigen el dominio completo de todas las habilidades del jugador. El sistema de dificultades múltiples es inclusivo: desde el modo «Aprendiz» para quienes prefieren disfrutar la historia hasta el modo «Shinobi» para los que buscan el desafío definitivo.
Los puntos de control son generosos pero estratégicamente ubicados, evitando la frustración sin eliminar la tensión. Donde el juego quizá flaquea es en el diseño de jefes: aunque visualmente impresionantes, algunos no aprovechan completamente la profundidad del sistema de combate, volviéndose más simples de lo esperado. Sin embargo, los encuentros contra oleadas de enemigos comunes compensan con creces esta deficiencia.
Contenido
La campaña principal ofrece entre 12-15 horas de juego, pero el contenido real se extiende mucho más allá. Cada nivel está repleto de secretos, upgrades y coleccionables que incentivan la exploración meticulosa.
Las medallas Oboro sirven tanto como logros de habilidad como moneda para desbloquear mejoras significativas. Al completar la historia se desbloquean el modo Arcade (con sistema de puntuaciones y clasificaciones) y el Boss Rush para quienes busquen desafíos puros de habilidad.
La rejugabilidad es notable: diferentes builds de amuletos permiten enfoques variados al combate, y los niveles tienen suficientes rutas alternas como para que sucesivas partidas se sientan frescas.
Lo positivo
El combate se establece como el pilar indiscutible de la experiencia, ofreciendo una profundidad técnica rara vez vista en el género. El sistema de tres tipos de daño crea una capa estratégica que transforma cada encuentro en un ejercicio de toma de decisiones tácticas.
Las ejecuciones simultáneas no solo son visualmente espectaculares, sino que proporcionan una satisfacción auditiva y de gameplay que mantiene el ciclo de combate increíblemente adictivo. El movimiento de Joe Musashi representa lo mejor del diseño de controles en 2D: responsive, preciso y con una sensación de peso perfectamente balanceada.
Visualmente, el juego es una clase magistral en animación hecha a mano, con cada escenario funcionando como una galería de arte interactiva que muestra el inmenso talento del equipo artístico. La banda sonora, con contribuciones de leyendas como Yuzo Koshiro, complementa perfectamente cada momento del juego, desde la exploración tranquila hasta los clímax de acción más intensos.
La exploración recompensa constantemente la curiosidad con mejoras significativas y secretos que genuinamente valen la pena descubrir.
Lo negativo
Debido a su excelencia general, me costó trabajo considerar puntos negativos, que para nada merman el conjunto completo del título. El diseño de jefes, aunque visualmente impresionante, no aprovecha completamente la profundidad del sistema de combate al omitir las mecánicas de armadura y ejecución que hacen tan envolventes los encuentros regulares. El modo Arcade, aunque bien intencionado, se siente como contenido de relleno al reciclar niveles sin añadir mecánicas significativas que justifiquen la rejugabilidad.
En momentos de máxima intensidad, la explosión de efectos visuales puede comprometer la claridad del gameplay, resultando en daño que se siente injusto por la imposibilidad de leer adecuadamente los ataques enemigos (en otras palabras, pasan tantas cosas en pantalla que a veces no sabes que te golpeó).
La narrativa, aunque efectiva en su simplicidad, no aspira a superar los arquetipos del género, dejando a personajes con potencial desarrollado en meras anécodtas narrativas.
Por último, la progresión de mejoras podría beneficiarse de una mejor comunicación visual para ayudar a los jugadores a entender el impacto real de sus mejoras, ya que me costó en bastante tiempo adivinar que podía hacer con una u otra mejora.
Conclusión
Shinobi: Art of Vengeance se erige no solo como un digno sucesor de la franquicia clásica, sino como un faro que ilumina el futuro de los juegos de acción y plataformas en 2D.
Lizard Cube ha ejecutado una hazaña digna de admirar: crear una experiencia que respeta profundamente los orígenes de la serie mientras introduce innovaciones que elevan el género a nuevas alturas.
Cada aspecto del juego, desde su exquisito combate hasta su deslumbrante presentación visual, refleja una obsesión por el detalle y un amor genuino por el juego.
Aunque tenga puntos a mejorar en su diseño de jefes y contenido post-juego, estos son defectos menores en un conjunto extraordinariamente pulido. Shinobi: Art of Vengeance no es simplemente una buena versión basada en un juego retro; es una obra esencial que demuestra el potencial ilimitado cuando el respeto por el legado se encuentra con la ambición innovadora. Una experiencia obligatoria para cualquier fan del género y uno de los mejores títulos de este año.
RANK 4.5/5
A estas alturas, no es de sorprender que Shinobi Art of Vengeance sea un juego ociddental que respeta sus orígenes japoneses, ya que desarrolladores como Lizard Cube han demostrado ser capaces de revitalizar sagas míticas con gran respeto por el original.
El juego cuenta con una demo gratuita disponible para Playstation, Xbox y PC (Steam). Dale una oportunidad y verás que te convencerás de poner tus manos en la versión completa del título.