En un ambiente cargado de emoción y adrenalina, participantes de toda Latinoamérica compitieron en rondas decisivas para seleccionar a los representantes de la región.

Los rostros iluminados de emoción, las miradas concentradas durante de cada duelo y el palpable deseo de victoria de cada participante crearon un escenario único. Los jugadores demostraron además entrega y pasión durante cada una de las partidas, donde estrategia y habilidad se fusionaron en confrontaciones épicas.

Sin embargo, a pesar de la intensidad competitiva, el compañerismo y la buena vibra se hicieron presentes en el lugar, ya que comunidad de aficionados se unió en un espíritu de celebración, compartiendo risas, experiencias y el amor por estos juegos. La diversidad de participantes de toda Latinoamérica creó un ambiente en el que la pasión común por los Trading Card Games se convirtió en un vínculo que trascendió las fronteras. Este evento no solo fue una competencia, sino también una celebración de la conexión entre personas con intereses similares, reforzando la idea de que estos encuentros van más allá de la competición, construyendo amistades duraderas en torno a una pasión compartida.