20 de noviembre, 2024

Algo mágico sucede cuando entras al cine sin expectativas claras. Es como abrir un regalo sin saber qué hay dentro, dejando que la sorpresa te envuelva. Y es que salir con el corazón lleno de felicidad después de lo que acabas de presenciar es una sensación única. Seré honesto, nunca me han atraído mucho los musicales. Pero hay algo en WICKED que me toca profundamente, algo que conecta directamente con los recuerdos más preciados de mi infancia.

La historia del Mago de Oz siempre estuvo presente en mi vida, como un viejo amigo que te acompaña en cada paso. Ya fuera en las páginas de un libro desgastado por tantas lecturas o en la pantalla del televisor, sus personajes y su mundo fantástico siempre tuvieron un lugar especial en mi corazón. Crecí soñando con caminos de baldosas amarillas y deseando visitar un lugar donde la magia era real.

Por eso, cuando supe de WICKED, no podía dejar pasar la oportunidad de volver a conectar con esa parte de mi niñez. Fue como reencontrarme con un recuerdo que creía perdido, como si el cine, por un par de horas, pudiera transportarme de vuelta a esos días donde todo parecía más simple y lleno de maravillas. A veces, esas conexiones inesperadas son las que hacen que cada experiencia valga la pena. Y Wicked fue exactamente eso para mí: un regreso a casa, un viaje al pasado envuelto en canciones y emociones que nunca olvidaré.

Agradezco a Universal Pictures México por la invitación y sin más preámbulo, aquí están mis impresiones de esta intrigante película.

Desde el primer acorde hasta el último suspiro, WICKED te envuelve en un torbellino de emociones y recuerdos. Es una obra que no solo cuenta una historia, sino que revive la esencia de lo que conocemos, capturando al espectador con actuaciones magistrales que trascienden la pantalla. Ariana Grande, como Glinda, y Cynthia Erivo, como Elphaba, no solo brillan por su talento vocal, sino por la intensidad emocional que imprimen en cada escena, creando momentos que parecen diseñados para quedarse en tu memoria.

Una de las mayores virtudes de este musical es su capacidad de integrar las canciones en la narrativa de manera tan orgánica que no sientes que están ahí para llenar un espacio. Cada pieza musical parece fluir de forma natural, como si las emociones de los personajes no pudieran expresarse de otra manera más que en canción. Y lo más interesante es cómo WICKED juega con tus expectativas: hay momentos en los que piensas que va a irrumpir una gran canción, pero no sucede, dejándote en un suspenso emotivo que añade profundidad a la experiencia. Por otro lado, cuando la música aparece, lo hace con una fuerza que te eriza la piel, entregando no solo un espectáculo sonoro, sino también una conexión emocional genuina.

Ariana Grande, con su carisma natural y su voz angelical, transforma a Glinda en un torbellino de luz y energía. Sus matices cómicos y emocionales están tan bien equilibrados que logran hacerte reír y, en el mismo aliento, conmoverte profundamente. Por otro lado, Cynthia Erivo lleva a Elphaba a un nivel de profundidad y humanidad que pocas veces se ve en los musicales. Su voz, potente y llena de sentimiento, parece rasgar el aire y tocarte directamente el corazón. La química entre ambas es el corazón palpitante de WICKED, y cada interacción entre ellas está cargada de una intensidad que te mantiene al borde de tu asiento.

El diseño de producción merece su propia ovación. Los paisajes de Oz están construidos con un nivel de detalle que te sumerge por completo en este mundo mágico. Los efectos visuales, las transiciones entre escenas y los colores vibrantes están tan bien logrados que cada cuadro parece una obra de arte. Pero no todo es espectáculo visual: el uso de los silencios y los momentos más íntimos tiene un impacto igual de poderoso, equilibrando lo grandioso con lo profundamente humano.

La narrativa, que explora el lado no contado del clásico El Mago de Oz, tiene la capacidad de tocar corazones de cualquier generación. Para quienes crecimos con Dorothy y su travesía por el camino amarillo, WICKED se siente como abrir un álbum de fotos olvidado, lleno de imágenes familiares pero vistas desde un ángulo nuevo y fascinante. Aquí no hay héroes perfectos ni villanos absolutos; solo personajes complejos que luchan por encontrar su lugar en un mundo que no siempre es justo.

La música, además, se convierte en un personaje más. Temas como «Defying Gravity» no solo son espectaculares en términos técnicos, sino que llevan consigo un mensaje tan poderoso que te encuentras cantando y reflexionando al mismo tiempo. Es imposible no sentir un nudo en la garganta cuando las emociones de los personajes alcanzan su punto más alto, y la música se convierte en un grito de libertad, amor y aceptación.

Salir del cine después de WICKED es como despertar de un sueño hermoso: una mezcla de asombro, nostalgia y ganas de volver a perderte en ese mundo. Es una experiencia que no solo entretiene, sino que deja huella. Es una obra que redefine lo que significa ser extraordinario, una joya que invita a todos a ver más allá de lo que parece y a encontrar la magia en lo inesperado. Sin duda, un mindblow absoluto que quedará grabado en el corazón de quienes se atrevan a seguir ese camino amarillo que en algún punto Dorothy siguió.

Es importante destacar que la premier de WICKED se llevó a cabo en el emblemático Auditorio Nacional de la Ciudad de México, un evento que logró reunir a una multitud de fanáticos y curiosos. La expectativa era alta, pero lo que realmente sorprendió fue la cantidad de personas que se dieron cita para presenciar al elenco protagónico en vivo. Este tipo de experiencias sin duda agrega un valor especial al lanzamiento, creando una conexión única entre el público y la producción.

Sin embargo, no puedo dejar de expresar mi descontento por ciertos comportamientos durante el evento. La falta de respeto por el orden y las indicaciones puede llegar a opacar la experiencia tanto para los asistentes como para quienes organizan este tipo de encuentros. Es preocupante pensar que estas actitudes podrían limitar futuras iniciativas similares, privándonos de momentos tan especiales como este. Como comunidad, es fundamental valorar y cuidar estas oportunidades para que sigan siendo posibles y memorables.

Estreno 21 de noviembre, 2024

Dios Gokú