Jugabilidad

Desde siempre, uno de los pilares de la franquicia The Legend of Zelda ha sido ofrecer a los jugadores cierta libertad de explorar el mundo a su manera, obviamente con ciertas limitantes que solo se han visto eliminadas en Breath of th Wild y Tears of The Kingdown. Echoes of Wisdom mantiene viva esa tradición. Podrás recorrer prácticamente todo el mapa desde el inicio, siempre y cuando logres sortear los obstáculos y enemigos que se crucen en tu camino. La sensación de aventura es constante, con un mundo lleno de retos y secretos esperando a ser descubiertos.

De hecho, algo que comunmente hago es investigar las regiones sin dirigirme directamente al objetivo en cuestión lo que me permitió alcanzar checkpoints clave y completar algunas misiones secundarias que siempre me han parecido bastante entrenidas (Culpo el gusto por hacer esta actividad a Majoras Mask) Revisitarlas más adelante, cuando la narrativa me lo pedía, fue una grata sorpresa, ya que los personajes y sus historias mostraron una profundidad que no había percibido en mi primera pasada. Los Echoes, elementos clave en esta entrega, permiten que la exploración sea más rica y variada que nunca dandole una sensación de frescura a una aventurea de Zelda desarrollada para verse en top view.

El uso de bombas para descubrir pasadizos ocultos, la construcción de escaleras improvisadas con objetos insólitos, como camas, para superar barrancos, y muchas otras sorpresas, hacen que la curiosidad sea recompensada constantemente. El juego te invita no solo a mirar hacia adelante, sino también hacia arriba y abajo, con un diseño vertical que añade una nueva dimensión a la exploración. Y siempre existe una forma de superar los obstáculos más desafiantes, gracias a la vasta cantidad de Echoes disponibles, lo que convierte cada reto en una oportunidad para experimentar y encontrar soluciones creativas.

Al igual que en entregas como Breath of the Wild y Tears of the Kingdom, hay una abundancia de misiones secundarias que te permiten conocer más a fondo el mundo de Hyrule y a sus habitantes. Estos encuentros no solo expanden la narrativa, sino que también te sumergen aún más en la vida cotidiana del reino, haciéndote sentir parte de una historia más grande.

El mapa está lleno de tesoros por descubrir, incluidos Echoes valiosos, recursos para mejorar tus habilidades, y coleccionables que harán las delicias de aquellos jugadores que disfrutan de completar cada rincón del juego. Además, el sistema de viaje rápido es una herramienta fundamental, permitiéndote moverte rápidamente por todo Hyrule, lo que es ideal si recuerdas una misión pendiente en una región lejana. Lo mejor de todo es que las cargas son rápidas, lo que permite mantener el ritmo sin interrupciones.

Una de las mayores dudas cuando vimos el tráiler inicial era cómo Zelda se defendería utilizando un cetro capaz de crear objetos y enemigos. Sorprendentemente, el combate se siente natural y familiar, recordando los accesorios que Link ha usado en juegos anteriores. La diferencia es que, en lugar de llevarlos consigo, Zelda los invoca a través del cetro. Con más de 100 Echoes a su disposición, Zelda tiene a su alcance un abanico de opciones estratégicas. Además, para poder utilizar los Echoes de los enemigos, primero debes derrotarlos, lo que añade una satisfacción adicional al capturarlos y poder utilizarlos más adelante, casi como un juego de colección.

Gráficos

Visualmente, The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom conserva ese estilo mágico y entrañable que conocimos en el relanzamiento de Link’s Awakening para Switch, pero con una calidez que va más allá. Cada personaje parece hecho a mano, con moldes refinados que, aunque sencillos, logran transmitir una cantidad de emociones sorprendente. Un solo gesto, un pequeño movimiento, basta para que te sientas conectado con ellos de inmediato. Tanto en los diálogos como en los combates o cinemáticas, hay una ternura en la forma en que los personajes se expresan, como si cada detalle fuera una pequeña carta de amor a los fans que hemos seguido esta saga durante años.

Y luego está el mundo. Hyrule siempre ha sido un lugar vasto y misterioso, pero esta vez, Nintendo ha logrado algo increíble: un mundo que se despliega ante ti con una suavidad casi mágica. El método de blureo que han implementado para disimular la carga del mapa mientras caminas es tan sutil, tan bien integrado, que apenas lo notas. Pero lo que sí percibes es esa sensación de continuidad, como si el mundo entero ya estuviera allí, esperando por ti. No hay pausas ni interrupciones, solo esa sensación de aventura ininterrumpida que nos recuerda por qué amamos explorar Hyrule. Cada paso que das es como un pequeño suspiro de alivio, un recordatorio de que estás en casa, caminando por esos paisajes familiares pero siempre sorprendentes.

Y, por supuesto, la música. Echoes of Wisdom nos regala una banda sonora que es puro corazón. Desde los momentos más tranquilos y reflexivos hasta los enfrentamientos más intensos, las melodías envuelven cada instante del juego, como si fueran un abrazo que nunca te suelta. Esos acordes suaves que acompañan tus paseos por el campo, o las notas épicas que elevan la adrenalina en medio de la batalla, todo está hecho para que sientas que estás viviendo una aventura única, pero también profundamente nostálgica. Es una música que te hace recordar, que te conecta con todas esas veces en que has sido parte de este mundo antes, y que te invita a quedarte un poco más e incluso pueden llegar a convertirse en tus favoritas y añadirlas a tu lista de reproducción

Al final, Echoes of Wisdom no es solo un juego; es un viaje emocional. Nintendo ha logrado crear un espacio donde los recuerdos de ayer y las aventuras de hoy se encuentran, y donde, paso a paso, nos reencontramos con ese amor por lo extraordinario que siempre ha definido a The Legend of Zelda.

Dificultad

La dificultad en The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom se siente como una caricia familiar para quienes hemos crecido con la saga. Si ya eres conocedor de la franquicia, el reto te resultará medianamente normal, con desafíos que recuerdan a las entregas clásicas. Los combates, la resolución de puzles y la exploración del mapa tienen ese balance justo entre lo que ya conocemos y las novedades que refrescan la experiencia sin romper la fórmula. Los veteranos de Zelda encontrarán ese ritmo y estilo de juego que han aprendido a dominar a lo largo de los años, por lo que avanzar se sentirá como retomar una aventura que nunca realmente dejamos.

Sin embargo, para los jugadores que se adentran por primera vez en este mundo, la historia puede ser distinta. Las mecánicas, aunque fascinantes, pueden parecer un verdadero reto al principio. Entender cómo utilizar el cetro mágico de Zelda para invocar Echoes de objetos o enemigos, y cómo combinarlos de manera estratégica, puede requerir una curva de aprendizaje más pronunciada. La libertad para explorar el mapa de forma no lineal, que para los veteranos es un regalo de posibilidades, podría resultar abrumadora para los novatos, quienes tal vez no sepan por dónde empezar o cómo sortear ciertos obstáculos sin ayuda directa.

Los puzles en particular, aunque diseñados con ingenio y creatividad, pueden ser un poco intimidantes para quienes no están acostumbrados al estilo de Zelda. La necesidad de usar los Echoes correctamente para progresar —ya sea creando puentes, destruyendo barreras o enfrentando enemigos de maneras específicas— implica un nivel de planificación y prueba y error que, para los nuevos jugadores, podría sentirse desafiante. Pero ahí radica una de las bellezas de Echoes of Wisdom: el juego no te fuerza, sino que te invita a aprender a tu ritmo, a descubrir las soluciones con paciencia y curiosidad.

Aunque hay misiones y enemigos que pueden parecer más complicados de lo que son, el juego ofrece suficientes herramientas y pistas para que, eventualmente, incluso los menos experimentados logren superarlos. Y cuando lo hacen, esa sensación de logro es lo que hace que The Legend of Zelda sea tan especial. La dificultad está diseñada no para frustrar, sino para recompensar el ingenio y la perseverancia, lo que añade una capa emocional extra a cada victoria, especialmente para aquellos que descubren la magia de Hyrule por primera vez.