Gaming Reviews | God of War Ragnarök (PC)

God-of-War-Ragnarök

30 de septiembre, 2024

Parece que fue ayer cuando, con la emoción de siempre, exploraba los nuevos lanzamientos del querido PlayStation 2. Fue entonces cuando una portada con detalles de la mitología griega atrapó mi atención, y sin saberlo, desde ese instante, mi forma de ver los «juegos de acción» —como los llamaba en aquel entonces— cambió para siempre.

El miedo al cambio es algo que llevamos en nuestra naturaleza, una resistencia que todos hemos sentido alguna vez. Sin embargo, el giro que esta franquicia tomó fue de esos raros casos donde el cambio trajo consigo algo increíblemente positivo. Hoy, esa evolución nos ha regalado una auténtica joya: God of War está disponible para PC, y no puedo evitar sentir que es una celebración del camino que ha recorrido hasta aquí.

El gaming se ha transformado en mucho más que una simple forma de entretenimiento; es una ventana a mundos inexplorados, galaxias lejanas y, en algunos casos, fragmentos de nuestra propia historia, donde la creatividad humana y los límites del universo convergen. A menudo, los juegos nos proyectan hacia futuros distantes, donde el entendimiento de la raza humana se pone a prueba. Pero a veces, es el pasado el que ofrece pequeños huecos, páginas no escritas que invitan a los desarrolladores más osados a llenarlas con imaginación y valentía.

Es gracias a esa valentía que nacieron obras como God of War, un juego que, desde su lanzamiento en 2005 para la mítica PS2, cambió para siempre el panorama de los videojuegos. Fue más que un simple éxito: dejó una huella imborrable en la memoria de millones de jugadores. Hoy, 19 años después, esa marca sigue viva en nuestros corazones mientras viajamos por las tierras nórdicas en esta nueva y épica aventura.

Antes de sumergirnos de lleno en este viaje, quiero expresar mi profundo agradecimiento a PlayStation México por brindarme la oportunidad de vivir God of War Ragnarök en PC.

God-of-War-Ragnarok
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Comenzamos 


La paternidad nunca ha sido sencilla. Muchos de los jugadores veteranos de hoy en día ya tienen un «jugador 2», pequeños que ahora comparten con ellos las tardes de videojuegos y risas, tomando los controles por primera vez con esa torpeza inocente que evoca recuerdos de nuestra propia niñez. Pero, al igual que cualquier otro aspecto de la vida, los hijos no vienen con un manual bajo el brazo. Criarlos y entenderlos puede ser tan complejo como cualquier misión épica que hayamos enfrentado en los juegos. Hay días en los que simplemente no sabes cómo conectar con ellos, cómo guiarlos por un mundo que parece cada vez más complicado.

Ahora, imagina sumar a esa ya caótica tarea de ser padre, un evento cataclísmico de proporciones bíblicas, uno que amenaza no solo tu vida, sino la existencia misma del universo. De repente, la pregunta surge: ¿Qué es más difícil, educar a un preadolescente rebelde o evitar el apocalipsis? Es una duda que no deja de rondar mientras te sumerges en God of War: Ragnarök.

Este juego, lejos de ser una simple secuela, es un viaje profundamente humano. Kratos, el guerrero imparable, el destructor de dioses, se enfrenta a su desafío más grande: ser un padre. Ya no se trata solo de blandir hachas o enfrentarse a criaturas mitológicas. Ahora, su lucha es interna, entre la figura invencible que fue y el hombre vulnerable que debe ser para su hijo. Cada paso en este camino nos lleva por paisajes majestuosos y enfrentamientos épicos, sí, pero también por momentos de introspección y reflexión sobre lo que significa proteger, guiar y, en ocasiones, dejar ir.

La historia de Ragnarök no es solo un relato de mitología, es una meditación sobre la vida misma. Nos invita a cuestionarnos sobre nuestras responsabilidades, nuestras relaciones y el legado que dejamos a quienes vienen detrás de nosotros. Y, como no puede faltar en una entrega de God of War, los enfrentamientos son monumentales. Dioses, semidioses y bestias mitológicas desafían a Kratos en cada esquina, pero incluso esas batallas titánicas palidecen frente al desafío que representa criar a un hijo en medio del caos.

Este es un viaje que nos lleva más allá de lo físico, más allá de la lucha entre el bien y el mal, y nos sumerge en un conflicto mucho más profundo: el de ser padre, mentor y guerrero en un mundo que se desmorona.

Historia

 

God of War: Ragnarök es la novena entrega de una saga legendaria y la continuación directa de God of War (2018). Tres años han pasado desde los eventos anteriores, y el Fimbulwinter, ese invierno eterno que anuncia el fin, azota los nueve reinos: Helheim, Niflheim, Svartalfheim, Muspelheim, Jötunheim, Midgard, Alfeheim, Vanaheim y Asgard.

El apocalíptico Ragnarök se avecina, una batalla épica entre Odín, el Padre de Todo, y Tyr, el dios de la guerra, junto con los gigantes y Loki. En medio de todo, Kratos y Atreus luchan no solo contra dioses, sino contra el peso del destino. Kratos, más sabio y protector, entiende que Atreus tiene un papel vital en lo que está por venir, y busca prepararlo para lo inevitable. Pero Atreus, en plena adolescencia, se impacienta. Se ve más como Loki, ansioso por enfrentar su destino y liberar a los reinos de las cadenas que los aprisionan.

La relación entre padre e hijo es el corazón de esta entrega, en una historia que mezcla la introspección con la mitología. Ragnarök continúa la épica reimaginada en 2018, cuando PlayStation revitalizó una franquicia que ya estaba en el Olimpo del gaming. Aunque la jugabilidad cambió, la historia sigue siendo el alma de la saga, ahora llevándonos a lo más profundo de la relación entre Kratos y Atreus, y del destino que los espera.

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Jugabilidad

 

God of War: Ragnarök mantiene la esencia que posicionó a la franquicia en el Olimpo del gaming desde su debut en 2005 con el lanzamiento del primer juego para PS2. El frenético estilo de combate, las combinaciones de armas que permiten desatar los combos más destructivos contra los enemigos, y la posibilidad de mejorar el arsenal siguen siendo pilares fundamentales.

En comparación con las primeras entregas, los cambios son en gran parte una respuesta a la evolución gráfica, tanto en consolas como, en este caso, en PC. El nuevo ángulo de la cámara mejora la experiencia del combate, haciéndolo más inmersivo y permitiendo al jugador disfrutar de cada batalla con mayor detalle. Sin embargo, desde 2018, uno de los elementos que ha generado opiniones divididas es la incorporación de mecánicas de crafteo, que requieren buscar materiales para mejorar armas y armaduras. Aunque esto añade una capa de exploración, puede resultar en una desconexión con la esencia frenética de la franquicia, que siempre estuvo centrada en la acción rápida y caótica que llenaba la pantalla.

La llegada de estos dos últimos títulos a PC —primero en 2022 y ahora en 2024 con Ragnarök— ha ampliado las opciones de juego, ofreciendo una mayor versatilidad en el uso de controles. Desde los mandos clásicos de PS4 y PS5, hasta teclado y mouse, cada jugador puede elegir la configuración que más se ajuste a su estilo, sin comprometer la fluidez de los combates o la ejecución de los combos más poderosos.

Gráficos

 

En esta nueva entrega, resulta una grata sorpresa descubrir que los juegos de última generación no requieren equipos de PC extremadamente potentes para disfrutar de la aventura con los gráficos al máximo. Según la plataforma Steam, los requisitos recomendados son los siguientes:

  • Procesador: Intel i5-8600 o AMD Ryzen 5 3600
  • 16 GB de memoria RAM
  • Tarjeta gráfica: NVIDIA RTX 2060 Super, AMD RX 5700 o Intel ARC A770

Mientras que los requisitos mínimos son:

  • Procesador: Intel i5-4670K o AMD Ryzen 3 1200
  • 8 GB de memoria RAM
  • Tarjeta gráfica: NVIDIA GTX 1060 (6 GB), AMD RX 5500 XT (8 GB) o Intel ARC A750

La reseña de este juego se llevó a cabo en una Acer Nitro V equipada con una tarjeta gráfica NVIDIA 4050 (6 GB), y puedo decir que la experiencia fue increíblemente fluida. El trazado de rayos es espectacular, transportándote de forma inmersiva a lo largo de los nueve reinos, y el equipo no se siente forzado en ningún momento. Solo en contadas ocasiones se percibe un ligero aumento en la velocidad de los ventiladores, lo que habla del gran trabajo de optimización por parte de Sony para ofrecer esta experiencia tan pulida en PC.

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Dificultad

 

Aunque God of War: Ragnarök es un juego con una dificultad considerable debido a su historia y combates, ofrece distintos niveles para adaptarse a todo tipo de jugadores:

  • Dame una historia: Este es el nivel de dificultad más accesible, pensado para aquellos que llegan por primera vez a la franquicia o prefieren centrarse en la narrativa sin la intensidad de los combates frenéticos.

  • Dame gracia: Aumenta ligeramente la dificultad del combate, pero sigue permitiendo disfrutar de la narrativa. Es ideal para quienes desean explotar un poco más su habilidad técnica sin perder de vista la historia.

  • Dame equilibrio: Este es el nivel predeterminado (y en el que se realizó esta reseña). Es recomendable para quienes no hayan jugado este título o el anterior, y no tengan la memoria muscular afinada para los combates, pero estén familiarizados con el estilo de juego.

  • No me des piedad: Un nivel pensado para los veteranos que han disfrutado de los ocho títulos anteriores en dificultades más altas. Aquí, las mecánicas de bloqueo adquieren mayor relevancia, y algunos jefes requerirán un estudio más detallado y múltiples intentos.

  • Dame dios de la guerra: El nivel más desafiante de todos, recomendado para quienes ya completaron la historia una vez y buscan un reto mayor. Es ideal para quienes disfrutan de la máxima dificultad y quieren poner a prueba todas sus habilidades.

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Lo positivo

 

God of War: Ragnarök es la culminación de una historia que comenzó hace 19 años. El Fantasma de Esparta llega a un desenlace que, como jugadores, se disfruta y se sufre al mismo tiempo. Esta franquicia ha sabido mantener los elementos que la elevaron al Olimpo del gaming, entregándonos una historia profunda y llena de significado. El nivel de investigación y respeto por la mitología nórdica es impresionante, presentándonos a los dioses tal como se describen en los relatos. Ver los diseños de personajes como Thor, Odín y Heimdallr, fieles a las leyendas, añade una capa de autenticidad que enriquece la experiencia.

Lo negativo

 

Sin embargo, la evolución del personaje de Kratos no parece estar completamente bien lograda. Pasamos de un Kratos agresivo, impulsivo y determinado a un padre que a veces no es respetado por Atreus, sin que el gran dios de la guerra pueda imponer su autoridad. Esto rompe con la narrativa que aquellos familiarizados con las primeras entregas hemos llegado a esperar. Además, la inclusión de una base central desde donde se despliegan las misiones puede funcionar en otros juegos, pero en la saga de God of War se siente fuera de lugar. En 2005, el enfoque lineal, centrado en la narrativa y el combate, era el alma del juego. Ahora, esa linealidad queda relegada, dejando al jugador confundido respecto a qué reino avanza la historia principal y cuáles son solo misiones secundarias.

Conclusión

 

Ragnarök es, sin duda, una gran historia que, aunque presenta algunos detalles por pulir, se mantiene fiel a la esencia de God of War. A lo largo de más de 40 horas de juego, nos atrapa con su narrativa rica y envolvente. Si bien hay momentos en los que la historia pierde algo de fuerza, estos son superados por muchos puntos fuertes que nos invitan a seguir adelante hasta el desenlace.

God of War: Ragnarök es una experiencia que merece ser vivida. La profundidad de su narrativa, combinada con personajes bien desarrollados y un entorno visual deslumbrante, crea una aventura inolvidable. A pesar de algunos altibajos, la esencia de la saga brilla a través de cada misión y cada combate. Al final, lo que realmente importa es la conexión emocional que forjamos con Kratos y Atreus, y cómo sus viajes personales resuenan con nuestras propias luchas y triunfos. Ragnarök no solo concluye una saga; también nos invita a reflexionar sobre la paternidad, el sacrificio y la búsqueda de redención, dejándonos con un sentido de satisfacción y nostalgia que perdurará mucho después de que los créditos hayan terminado de rodar.

Radar-4

RANK 4.0

*En una escala del 1 al 5

Agradezco mucho de nueva cuenta a PlayStation México por facilitarme una copia del juego  y de esta forma poder traerles esta reseña.

Seguiremos a la espera del siguiente desafío, el cual estoy seguro, será una ventura agridulce.

Dios Gokú & Guerreros

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