Al igual que los rompecabezas, no todos nuestros recuerdos de la infancia son claros al comenzar a visualizarlos; pero, poco a poco, les vamos dando forma y comenzamos a descubrir qué sensaciones nos provocaba el hecho de explorar y comprender el mundo.
Hay algo hipnótico en los rompecabezas. Desde que era niño, recuerdo esa fascinación no solo por resolverlos, sino por el proceso que seguía para lograrlo. Frecuentemente los repetía para mejorar mis tiempos, y cada vez buscaba uno más complejo. No sé si fue al crecer que ya no tuve tanto tiempo, o si simplemente encontré otras aficiones, pero dejé de intentarlo.
Hannah VCR me ayudó a recordar aquellas tardes en las que revolvía las piezas y, poco a poco, en mi mente, iba formando el rompecabezas antes siquiera de comenzar a colocarlas.
Antes de continuar, quiero agradecer a Spaceboy, quienes ofrecieron una copia del juego al equipo de Frames, lo que nos permite entregarles esta reseña.
Hannah VCR es la segunda entrega de la saga y el primer spin-off de Hannah, desarrollado por Spaceboy. Se trata de un juego de rompecabezas pensado para disfrutarse en una plataforma de realidad virtual.
Esta entrega no cuenta con una historia clara por sí sola. Nuestra tarea consistirá en ayudar a Hannah a avanzar por escenarios en 2D. Ella se moverá por su cuenta, y dependerá de nosotros colocar correctamente las cintas VHS para que logre llegar a la meta con las tres fotografías necesarias para obtener una pieza del rompecabezas.
Pequeño aviso: personalmente disfruté entender el gameplay por mi cuenta. El juego, al inicio, no ofrece muchas pistas: simplemente te suelta en una habitación. Por eso, si piensas adquirirlo, te recomiendo explorar todas las opciones por ti mismo.
Para modificar las cintas, contaremos con tres herramientas:
El editor, donde podremos acomodar las cintas que contienen un recorrido compuesto por caminos y obstáculos, a veces coloreados en verde, rojo o azul, bandejas de color, que en ciertos niveles nos permiten cambiar el color de la cinta y una guillotina, para cortar las cintas por la mitad en caso de ser necesario combinarlas, y cinta adhesiva para unirlas.
Tendremos que usar nuestro ingenio para construir un recorrido que pase por las tres fotografías antes de llegar a la salida. A veces encontraremos puertas que deben ser abiertas con llaves del mismo color. En esos casos, también deberemos recoger la llave antes de pasar por la puerta o no podremos continuar.
Una vez terminado el acomodo de la cinta, podremos insertar el VHS en el VCR.
(Por si tienes curiosidad: VHS significa Video Home System, un formato de video casero usado décadas atrás; y VCR, o Video Cassette Recorder, es el equipo físico que reproducía ese formato en la televisión).
Ya en reproducción, aunque no controlaremos a Hannah directamente, podremos modificar el color activo y la velocidad de movimiento. La velocidad solo sirve para acelerar, pero el cambio de color es crucial: solo un color puede ser seleccionado a la vez, y ese será el que se «desactive» en los caminos y obstáculos. Por ejemplo, si está activo el rojo, solo los elementos rojos desaparecerán; los verdes y azules seguirán bloqueando el camino. Así que, además de planificación, será vital prestar atención y tener buenos reflejos para cambiar de color en el momento justo y no repetir el nivel.
Contamos con 30 niveles, cada uno con distintos grados de dificultad. Algunos me costaron bastante, pues requerían usar los seis espacios disponibles en el VHS, cambiar colores, cortar y combinar cintas. Otros, en cambio, solo usaban tres espacios y algo de acomodo.
Cada vez que completamos un VHS, podemos colocarlo en una repisa y se nos otorga una pieza del rompecabezas final, este rompecabezas tiene la apariencia de un laberinto con figuras transparentes por encima. Esto nos da pistas visuales para acomodar las piezas. Resolver este rompecabezas al final del juego desbloquea una pequeña cinemática que probablemente complementa partes de la historia del Hannah original.
El juego cumple lo que promete: una serie de rompecabezas inspirados, en parte, por lo ya establecido en el universo de Hannah. Son entretenidos, y la ambientación nos transporta a una época pasada mediante el uso de herramientas obsoletas. Puedo imaginar que, con un casco de realidad virtual, la experiencia es aún más inmersiva. Aunque no te preocupes: también puede jugarse con teclado o control. Tendrá una duración aproximada de 3 a 5 horas, dependiendo de cuánto tardes en resolver las cintas. Varias de ellas contarán con más de una solución, por lo que se incentiva la creatividad del jugador.
Sin embargo, hay aspectos mejorables. La ausencia de una historia autónoma hace que se sienta más como un complemento para quienes ya jugaron el primer Hannah. Al ser un spin-off, cambia completamente la atmósfera siniestra por una bastante tranquila y serena. Puede que se buscara generar calma para enfocarnos en los rompecabezas, pero creo que se pudo encontrar un punto medio entre la serenidad y lo inquietante. Además, solo hay una pista musical durante todo el juego, lo cual vuelve la experiencia un tanto repetitiva.
En conclusión, Hannah VCR cumple el propósito que se propuso el equipo de Spaceboy: una aventura breve y acotada, que funciona como puente y complemento para expandir una saga en auge. Aunque hay puntos que podrían mejorar —como la falta de una historia propia o un apartado sonoro más variado—, también destacan fortalezas como la creatividad de los rompecabezas y la ambientación nostálgica que evoca la infancia en un mundo aún no dominado por lo digital. Un contraste interesante, considerando que el juego fue pensado para disfrutarse en realidad virtual.
RANK 3/5
No esperábamos regresar tan pronto a este universo. Una grata sorpresa descubrir que aún hay ideas para expandir esta original IP.
