La primera vez que experimenté Doom fue por el morbo de jugar el juego más satánico posible, sólo para descubrir que no había nada más cristiano que balacear, golpear y serruchar demonios. El primero que probé fue el reboot de 2016, y me fascinó su estilo de combate frenético y ridículamente sanguinario. Creo que, en ese momento, entendí de inmediato a los fanáticos que lo adoraban desde los años 90.
Decidí entonces probar los clásicos: Doom I y Doom II, bastante parecidos entre sí, y luego Doom 3, que tanto en historia, personajes como en gameplay, se alejaba de todo lo anterior. Fue un experimento dentro de la saga que, aunque no fue del todo bien recibido, creo que intentó explorar qué aspectos modernos podían adaptarse con éxito: una narrativa más compleja, un protagonista menos plano y un enfoque más terrorífico, que sin duda impactó a más de un jugador.
Con Doom: The Dark Ages, se nota el intento por expandir lo que se puede lograr dentro del universo Doom en todos sus aspectos. Es un juego que toma riesgos y que, para bien o para mal, logra diferenciarse notablemente de sus predecesores.
Antes de continuar, quisiera agradecer a Xbox Game Studios y Bethesda Latam por proporcionar al equipo de Frames la copia que hizo posible esta reseña.
Comenzamos
Doom: The Dark Ages es el tercer título de la trilogía Doom iniciada con el soft reboot de 2016. Desarrollado por id Software, uno de los estudios más emblemáticos de Bethesda Softworks, es además el primer Doom producido desde la adquisición por parte de Xbox Game Studios. Aunque no continúa los eventos de Doom Eternal, se centra en los sucesos anteriores al Doom (2016), presentando a un Slayer aún más salvaje y brutal. En esta ocasión, contará con un escudo como nueva arma principal y podrá montar mechas y dragones, en una propuesta que mezcla elementos medievales y futuristas de forma audaz.
Especificaciones:
🖥️ Tarjeta gráfica: NVIDIA GeForce RTX 4060
⚙️ Procesador: AMD Ryzen 9 5900X
🧠 RAM: 32GB
💾 Almacenamiento: 2TB SSD M.2
❄️ Refrigeración: Disipador por aire
Historia
En medio de una guerra entre el Infierno y Argent, fuerzas celestiales intentan inclinar la balanza a su favor. Los Maykrs liberan al Slayer de su control, una criatura que parece una bestia encadenada, usada como arma para diezmar las filas demoníacas. Su mente está dominada por su maestro, Kreed Maykr, a través de un dispositivo llamado Tether. Mientras tanto, el líder de las fuerzas infernales, el Príncipe Ahzrak, con la ayuda de una bruja, busca el Corazón de Argent, una fuente de poder vital necesaria para ganar la guerra.
Debo admitir que me resultó difícil seguir la historia cuando mi prioridad era ver cuántos demonios podía matar. Sin embargo, a medida que avanzaba, noté que en este juego mostraron más de lo que contaron. Incluso llegué a llevarme más de una sorpresa con varios personajes, incluido el propio Slayer. En otros Doom, la fórmula era avanzar, matar, y recibir algo de contexto mínimo para continuar. El grueso del lore estaba escondido en códices que recogíamos, por lo que seguir la trama principal era sencillo en teoría, pero entender todo el trasfondo requería leer contenido adicional.
Aun así, creo que tanto los veteranos como los nuevos jugadores probablemente no se preocupen demasiado por lo que pasa, si así lo quieren. Todo es simplemente una gran excusa para matar demonios, y eso es justamente lo satisfactorio de Doom: que el Slayer siempre se levantará para acribillar a cualquiera que se cruce en su camino.
Jugabilidad
Empecemos con la brillante nueva adición al arsenal del Slayer: el escudo. Además de darle una apariencia medieval a su atuendo, este escudo tiene funciones tanto ofensivas como defensivas que enriquecen el combate y mejoran la movilidad.
Antes de probar el juego, tenía mis reservas, ya que pensé que el escudo podría limitar la manera en la que enfrentamos a las interminables hordas de demonios. Pero el juego disipa rápidamente esa preocupación: no solo no interrumpe la masacre, sino que amplía las opciones de combate.
El escudo cuenta con una sierra integrada, ideal para realizar las épicas ejecuciones características de la saga. También puede lanzarse a los enemigos, siendo especialmente útil contra aquellos que portan escudos. Además, puede bloquear ataques y, en ciertos casos, contraatacar si se ejecuta justo cuando los ataques enemigos aparecen resaltados en verde. Eso sí, no basta con mantener el escudo levantado: puede ser inhabilitado si se abusa de él. La clave está en combinar su uso con las demás armas y prepararse para aprovechar los momentos exactos de contraataque.
Otra función destacada es su ataque de carga, con el que el Slayer se impulsa hacia un objetivo y ejecuta un golpe potente, útil contra pequeños grupos de enemigos o incluso estructuras. También permite movernos con mayor agilidad entre enemigos, lo que se agradece en medio del caos.
Además del escudo, contamos con nuevas opciones para el combate cuerpo a cuerpo:
- Guantelete: permite golpear múltiples veces a los enemigos, obteniendo salud y munición.
- Mangual: especialmente eficaz contra escudos enemigos, ideal para recuperar armadura.
- Maza: un arma contundente y mucho más poderosa
Por supuesto, esto sigue siendo Doom, así que no pueden faltar las armas a distancia. Regresan clásicos como la escopeta, el lanzagranadas y el cañón de plasma, junto con nuevas opciones alineadas con la estética medieval de The Dark Ages:
- El Pulverizador, que lanza fragmentos de cráneos, muy efectivos contra grandes grupos de enemigos.
- El Empalador, una especie de ballesta pesada, lenta pero letal.
- El Cañón de Bala Encadenada, que transmite una sensación similar al uso del mangual, pero a distancia.
Cada una de las seis armas disponibles contará con mejoras que podremos gestionar en distintos puntos de la campaña. Estas mejoras requerirán recursos como oro, rubíes o piedras espectrales. Además, cada arma podrá evolucionar a una versión mejorada, como la superescopeta o el lanzacohetes, que expanden el concepto original aumentando el daño o el área de efecto.
Podrás cambiar de arma en cualquier momento del combate. En caso de quedarte sin munición, el juego cambiará automáticamente a la siguiente arma disponible. Al derrotar enemigos poderosos, se obtiene esencia demoníaca, con la que se puede mejorar la vida, el escudo y la munición del Slayer.
Runas del Escudo
Las Runas de Escudo en Doom: The Dark Ages son mejoras activas que otorgan habilidades adicionales. Solo una puede estar activa a la vez, y cada una activa un efecto distinto al bloquear ataques a distancia:
- Fisura del Suelo: genera una onda de choque que aturde a los enemigos.
- Enjambre Sagrado: lanza dagas teledirigidas al atacante.
- Torreta Automática: despliega una torreta montada en el hombro que dispara al enemigo frente a ti.
Divisor del Cielo: lanza un rayo que inflige una descarga eléctrica al atacante y a los enemigos cercanos.
Gráficos
Aunque forma parte de una trilogía, se nota que id Software hizo todo lo posible por remarcar la ambientación medieval que querían lograr en Doom: The Dark Ages. Esto se refleja claramente en varios aspectos visuales, comenzando por el rediseño del Slayer, que ahora integra un escudo y una capa que le dan una apariencia cercana a la de un héroe medieval.
También se aprecia en algunos enemigos ya conocidos, ahora reimaginados con un toque más rústico o grotesco; en la introducción de un dragón con partes mecánicas; y en los rastrillos que dividen escenarios, ocultan secretos o refuerzan la atmósfera de castillo antiguo. Sin embargo, no se trata de un juego medieval en el sentido estricto.
El título mantiene esa aura futurista tan característica de la saga, presente en algunas armas, en entidades divinas que parecen robots biomecánicos, y en la alta tecnología empleada por los bandos en guerra. Es como si se fusionaran dos mundos completamente distintos: uno oscuro y místico, el otro frío y tecnológico, logrando que la tecnología del universo Doom adopte la apariencia de un pasado fantástico sin perder su esencia.
Dificultad
El juego cuenta con seis niveles de dificultad, dos de los cuales están pensados para quienes buscan un verdadero desafío: uno reinicia el capítulo al morir, y el otro obliga a comenzar el juego desde el principio. Son opciones dirigidas claramente a jugadores que quieren revivir la campaña con una capa extra de tensión y castigo, no recomendables para la mayoría.
En cuanto a la dificultad recomendada por los desarrolladores —pensada para el jugador promedio—, me pareció que está un escalón por debajo de la que ofrecían los títulos anteriores. Sin demasiado esfuerzo, logré pasar varios capítulos sin agotar la barra de vida, y el juego incluso ofrece los Sellos de Vida, consumibles que permiten continuar la partida sin llegar a un game over, algo muy similar a insertar una moneda en una máquina recreativa para seguir jugando.
Y ni hablar de los capítulos en los que controlamos el mecha o el dragón: se sienten casi como un tutorial extendido, lo que tal vez sea intencional para que el jugador pueda enfocarse en las colosales ejecuciones y el espectáculo visual, pero que reduce considerablemente el nivel de desafío.
Contenido
El juego cuenta con 22 capítulos, cada uno con una duración estimada de entre 40 minutos y 1 hora, dependiendo del número de objetivos secundarios que decidas completar. Cada nivel está repleto de secretos y coleccionables, incluyendo códices, llaves, oro, rubíes y juguetes.
El oro y los rubíes sirven como recursos para desbloquear mejoras del arsenal, el escudo y las runas. Estas mejoras no solo influyen en el combate, sino que también permiten personalizar las armas según el estilo de juego del jugador, ofreciendo diferentes configuraciones para adaptarse a tus preferencias.
Si solo planeas completar la historia en una dificultad media, probablemente terminarás el juego en unas 12 a 15 horas. Sin embargo, si tu objetivo es completar todos los secretos, coleccionables y desafíos de cada capítulo, la duración total puede extenderse fácilmente en 10 horas adicionales.
Lo positivo
La saga Doom siempre ha sido experta en ofrecer un shooter de alta calidad que, además de cumplir con lo esperado, innova con nuevas ideas. The Dark Ages no es la excepción; de hecho, creo que da un paso más allá al explorar territorios completamente nuevos para la franquicia.
El fuerte enfoque en el combate cuerpo a cuerpo, la decisión de reemplazar la icónica motosierra por un escudo que combina movilidad y defensa, y la incorporación de nuevas armas de corto alcance, aportan una dimensión fresca al gameplay. Los capítulos donde pilotamos un mecha o montamos un dragón son puro espectáculo visual: ver al dragón lanzando fuego sobre las hordas demoníacas es simplemente glorioso.
También es imposible no notar el esfuerzo artístico por rediseñar personajes, enemigos y escenarios para adaptarlos a la nueva ambientación. A diferencia de Doom (2016), que actualizaba los diseños clásicos sin perder la esencia original, The Dark Ages toma una dirección completamente distinta y, en mi opinión, encaja a la perfección con la temática. Personalmente, este rediseño del Slayer ya se ha convertido en mi versión favorita del personaje.
Y por supuesto, no se puede hablar de Doom sin mencionar su banda sonora, fuertemente influenciada por el metal. Una vez más, logra complementar a la perfección la agresividad, violencia y energía que caracterizan al Slayer, potenciando cada enfrentamiento contra las fuerzas infernales.
Lo negativo
Todos los cambios que Doom: The Dark Ages introduce respecto a Doom Eternal y a los títulos anteriores son, sin duda, atrevidos y ofrecen una variación interesante a la fórmula clásica. Sin embargo, es posible que no terminen por convencer a todos los fans.
Aunque la inclusión del escudo y los nuevos ataques cuerpo a cuerpo no frenan tanto el gameplay como se temía, sí reducen de forma significativa la importancia del uso de las armas a distancia. Hay múltiples habilidades que nos permiten acabar con hordas enteras de enemigos con solo tocar el suelo, lo cual puede ser muy amigable para jugadores novatos. Pero para los veteranos de la saga, esto puede traducirse en una reducción notable en la dificultad y en la necesidad de elegir estratégicamente las armas para cada situación. Personalmente, comparado con otros Doom, tuve muy pocas muertes.
De igual forma, la introducción de mechas y dragones montables resulta visualmente espectacular, especialmente para jugadores nuevos, pero en términos de gameplay se siente mucho menos dinámico y frenético que lo habitual en la saga. Por ello, para los fans más hardcore, estas secciones pueden representar un paso atrás en lugar de un avance.
Conclusión
Doom: The Dark Ages es una apuesta dentro de una franquicia sinónimo de acción rápida y brutalidad sin límites. Al incorporar elementos medievales, un enfoque renovado en el combate cuerpo a cuerpo y la introducción de mechas y dragones, id Software ha logrado crear una experiencia fresca que expande el universo Doom hacia nuevos territorios.
Si bien estos cambios aportan variedad y espectáculo, también pueden no ser del gusto de todos los jugadores, especialmente de aquellos acostumbrados al ritmo frenético y la importancia estratégica de las armas a distancia de entregas anteriores. La dificultad más amable y ciertas secciones menos dinámicas pueden resultar menos desafiantes para los más veteranos.
Sin embargo, para quienes busquen una experiencia que combine la intensidad característica de Doom con nuevas mecánicas y una atmósfera única, The Dark Ages es una entrega que vale la pena explorar. Su espectacular diseño artístico, banda sonora potente y un sistema de combate que invita a experimentar lo convierten en un capítulo memorable, aunque imperfecto, dentro de la saga.
Siendo una experiencia tan sólida yo le ofreceria una calificación de:
RANK 4.5/5
Espero que id Software nunca deje de sorprendernos, y espero ver cual será el próximo destino de destrucción para el Slayer.