¿Cuál será el ingrediente necesario para perdonar a alguien que ha estado ausente toda tu vida? ¿Será el arrepentimiento, la voluntad de intentar enmendar el vínculo, o solo el tiempo podría ser la solución a una falta tan grave? El Esquema Fenicio, la nueva propuesta cinematográfica de Wes Anderson, no solo utiliza la tan característica composición visual y paleta de colores que suele plasmar en pantalla, sino que también ofrece una historia de reconciliación familiar dentro de una comedia inteligente.
Antes de continuar esta reseña, quisiera agradecer a Cine Canibal por la invitación al equipo de Frames para disfrutar de esta cálida y entretenida película.
En un contexto económicamente inestable a mediados del siglo XX, seguimos la historia de Zsa Zsa Korda (Benicio del Toro), un hombre de negocios que acaba de sobrevivir a una serie de intentos de homicidio. Contacta a su hija Liesl (Mia Threapleton), quien ha dedicado su vida a la religión y está por convertirse en monja. Ambos tienen objetivos distintos: mientras Korda busca una heredera que pueda mantener el negocio familiar en caso de su muerte, Liesl quiere respuestas sobre la muerte de su madre. Juntos emprenden un viaje, acompañados por Bjorn (Michael Cera), en el que sobrevivirán a más de una catástrofe y donde los secretos no dejarán de salir a la luz.
El Esquema Fenicio es una comedia con ciertos tintes de acción y violencia moderada, que se disimulan gracias a las actuaciones estoicas de los personajes, casi imperturbables ante los grandes riesgos que enfrentan.
La “magia” de El Esquema Fenicio se encuentra en lo visual: el uso de una paleta de colores pastel llamativa que transmite calidez y serenidad al espectador, y unos movimientos de cámara que rebosan experiencia y precisión, elementos que no sorprenderán a los seguidores del director.
Como algo negativo, cabe mencionar que con un reparto tan diverso y una narrativa agresivamente frenética, puede ser difícil captar todos los detalles que se presentan. Algunos personajes pueden sentirse como relleno, y ciertas historias secundarias quedan inconclusas.
Recomiendo esta película a quienes disfrutan de la filmografía de Wes Anderson y a quienes buscan comedias ligeras e inteligentes. Aunque su trama pueda resultar difícil de seguir en ciertos momentos y, por instantes, parezca inverosímil, estoy seguro de que logrará sacarte más de una risa genuina.
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