Gaming Reviews | Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii

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7 de marzo, 2025

Amigos de Frames, he jugado más de 40 horas Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii, y estoy listo para dar mi veredicto y compartir ustedes lo que más me gusto así como lo que no me gustó tanto; pero antes, quisiera compartir con ustedes un poco de mi historia con la saga.

Todo comenzó en los lejanos días del Playstation 2, cuando la vida era más sencilla y no tenía que preocuparme de cosas banales como pagar la renta o conseguir trabajo, y podía darme el lujo de probar uno y otro juego de esa consola de la cual ya le hicimos un especial hace poquito.

Volviendo al tema, fue con el Yakuza 1 para Playstation 2 en donde conocí a Kiryu, a Nishiki y claro, al mismísimo Goro Majima, y como buen mexicano que soy, terminé el juego y le dije “ahorita vuelvo”, un ahorita que se volvieron años, hasta que volví a retomar la franquicia en Playstation 3, con Yakuza 4. Tal vez se pregunten ¿porqué volviste a jugar los Yakuza? Pues la respuesta es sencilla. Me gustan mucho los doramas japoneses. Sí, de esos donde lloran más que en un funeral con mariachi. Pues siempre he considerado que los juegos de Yakuza son mi telenovela favorita: tienen traiciones, llanto en la lluvia, familias disfuncionales, y hasta amores prohibidos, como diría Selena. Cómo olvidar esa misión en la cual le debes ayudar a una amiga a encontrar su juguete erótico… que calidad de escritura, por Dios.

Además de la historia, en segundo lugar pondría los minijuegos. Amo el karaoke, los juegos retro, las peleas callejeras Street Fighter, y para mí, los Yakuza son como si La Rosa de Guadalupe y El Señor de los Cielos tuvieran un bebé samurai. Y ahora, con Pirate Yakuza en Hawaii, los señores del estudio RGG me hicieron creer que Majima podría ser el Jack Sparrow de Japón.

Comenzamos

 

Desde su debut en el primer Yakuza de Playstation 2, Goro Majima le ha robado el corazón (y a veces el estómago) a los fans de la saga. Este loquito desquiciado le puso sabor a las aventuras de Kazuma Kiryu, pues nunca sabías si iba a ayudarte o a partirte la madre mientras gritaba “¡KIRYU-CHAN!”. Pero su fama no explotaría hasta Yakuza 0, donde nos contaron su origen y lo dejaron por fin como un personaje jugable ¡Hasta le dieron canción!

Antes de empezar dos cosas: primero, agradecemos a SEGA Latam por habernos hecho llegar un código del juego a la redacción de Frames y así poder traerles esta reseña que hicimos con mucho cariño.

Nota: El título japonés lo considera parte de la saga Gaiden (la misma de The Man Who Erased His Name). La historia ocurre meses después de Infinite Wealth, pero no necesitas haberlo jugado… aunque sí te lo recomiendo, porque aquí resuelven misterios como «¿qué diablos pasó con el grupo Palekana?».

Aunque Majima ha sido jugable en otros juegos (como el Yakuza Kiwami 2 y el spin-oof Yakuza: Dead Souls), no fue sino hasta hoy con Pirate Yakuza en Hawaii que el “Perro Rabioso” por fin tuvo su juego solito. Y antes de que te lo preguntes, NO, no es un sueño borracho: aquí Majima es el capitán pirata más extraño y entrañable que verás en mucho tiempo.

Historia

 

La trama arranca con Majima varado en una isla tropical, sin memoria y con menos sentido de la orientación que un turista en el Metro de CDMX. Lo rescata Noah, un niño que quiere salir de la pequeña isla donde vive junto con su papá y su hermana. Juntos forman un equide lo más raro: un yakuza amnésico, un niño con sueños mojados (de mar, ¡no se pasen!), y una tripulación que incluye desde chefs hasta un tipo disfrazado de alga marina.

El objetivo: encontrar el tesoro de Esperanza (que suena a perfume de abuelita, pero en realidad es un botín pirata). Entre viajes en barco, enfrentamientos con facciones rivales y flashbacks que explican por qué Noah odia los cocos, descubrimos que Majima no está apurado por recuperar su memoria. ¿La razón? Le encanta la vida pirata… o quizá solo le da flojera volver a pagar impuestos en Japón.

Gráficos

RGG Studio se lució con los escenarios: Honolulú tiene más colores que un puesto de nieves, y los barcos piratas brillan como si los hubieran pulido con Polish. Los detalles son top: desde las cicatrices de Majima hasta los tatuajes de los NPCs; todo, pero todo, maneja un nivel de calidad visual que te preguntarás una y otra vez ¿cómo le hacen para sacar juegos de Yakuza año tras año y con ésta calidad gráfica? En otras palabras, Hawaii se ve tan bonito que hasta dan ganas de planear tus próximas vacaciones en la playita, aunque sea a Veracruz.

Estoy al tanto de que a algunos compañeros de prensa se les haya crasheado el juego, pero en mi caso, en ningún momentó vi que el juego sufriera o que fuera a sacarme o algo similar. Tal vez sea suerte, destino o algo que ni yo sé cómo explicar.

Contenido

 

Al igual que en The Man Who Erased His Name, Pirate Yakuza regresa al combate en tiempo real. Al igual que Kiryu, Majima en ésta entrega Gaiden (spin-off en japonés), cuenta con dos estilo de batalla: uno que representa su estilo característico (Mad Dog) y otro nuevo en el cual lucha con nuevos juguetitos (Sea Dog).

Algo que me sorprendió mucho fue que ahora tengamos un botón para saltar. Créanlo o no, pero es el primer juego de la saga en el cual podemos saltar a voluntad mientras peleamos. Esto le añade mucha variedad a las peleas, pudiendo saltar a medio combo para rematar con una patada que cae, o arrojando cuchillos, por poner un ejemplo.

Todos los movimientos molestos que los veteranos de la saga recuerdan de Majima están aquí, a tu entera disposición. Hasta puede invocar “sombras” si cargas el medidor de Locura, que ayudarán a pegarle a los enemigos al mismo tiempo que tú lo haces, lo cual me recordó el modo V-ISM de Street Fighter Alpha 3 (¿vieron porqué éste juego tiene algo de Street Fighter?).

Algo que casi olvido mencionar es que contamos con combates de barco a barco, que me recordaron los combates de naves de Skies of Arcadia (otra joya de SEGA), en la cual podrás disparar con la ametralladora, o con los cañones a naves enemigas, para luego proceder al abordaje si así lo deseas. Tendrás que tener un ojo en tu tripulación sin embargo, ya que es tu deber como capitán reanimarlos al más puro estilo Fortnite si es que han sufrido daño o no se encuentran bien.

Voy a serles muy sincero, y es que siempre prefiero que los juegos de Yakuza tengan voces en Japonés. Tendrás la opción de cambiar a Inglés, pero ni aún sabiendo que te encontrarás a oriundos de Hawaii, para mi no hace sentido escuchar a Majima en ese idioma, así que mi opinión será sólo del audio en Japonés.

Las voces en japonés son 10/10 (aunque extrañé el «Kiryu-chan!!!» como extraño las tortillas hechas a mano). Los efectos de sonido son brutales: los golpes de Majima suenan como piñatas rellenas de clavos, y los disparos de los cañones te hacen vibrar el mando como si fuera un teléfono de protesta.

Encontraremos misiones secundarias que son islas pequeñas que guardan tesoros, que a su vez están resguardadas por otros piratas malotes. Si es que quieres el botín, tendrás que deshacerte de ellos. Nada del otro mundo, la verdad, pero añade más horas de juego.

Hablando de horas de juego, la historia principal te llevará entre 15 y 20 horas, dependiendo que tan apurado estés y hasta menos si no quieres ver los largos diálogos que hay a lo largo del juego. Ahora que la cosa cambia como con cualquier Yakuza, en donde si te metes a completar las submisiones, reclutar tripulación, coleccionar tesoros y dominar minijuegos como el Crazy Delivery (un juego que es como ser repartidor de Rappi, pero con motocicletas explosivas), el juego te durará mínimo unas 30 horas.

¿Vale la pena rejugarlo? Si te late desbloquear todo (trajes, barcos, hasta un sombrero pirata para el perro de Noah), sí. De lo contrario, ve rápido y sin escalas a terminar la historia (cosa que no recomiendo); otra cosa que vale la pena mencionar es que Majima podrá portar anillos tal cual Thanos gemas del infinito, y por cada una de ellas que porte (un máximo de diez), mejorarán sus estadísticas.

Podrás personalizar tanto a Majima como el barco (en mi opinión el barco rosado es el mejor color), y Majima tendrá tantos cambios de trabaje como si fuera tu Barbie virtual.

La banda sonora mezcla rock, shamisen y hasta cumbias piratas (ok, no, pero ojalá). El tema de las batallas navales es tan épico que hasta te dan ganas de saquear un Oxxo.

Lo positivo

 

El combate a pie, por Dios, que delicia. Disfruté todos y cada uno de los combates en el juego, y aún tengo ganas de repartir golpes a todos los malvados con los que me encuentre, para así ganar más experiencia y dinero. Majima sigue pateando, saltando y haciendo movimientos increíbles como si tuviera 20 años (aunque en el juego dicen que ya tiene 60); y entrar a la batalla, terminarla y volver a tomar otra batalla es tan dinámico y sencillo, que en ningún momento se me hizo pesado.

Reclutar tripulantes es adictivo. ¿Un chef que ataca con un pescado? ¡SÍ! ¿Una chica que lanza fuegos artificiales? ¡OBVIO! Querrás a todos en tu tripulación.

El humor absurdo que solo Yakuza sabe dar. Ejemplo: un substory donde ayudas a un tipo a disfrazarse de pulpo gigante para impresionar a su novia. Suena estúpido, pero es algo a lo que ya nos tiene acostumbrados Yakuza, por lo cual si disfrutas de éste tipo de tonterías, te sentirás como en casa. Las referencias a juegos anteriores te harán gritar «¡Ah, caray!» como si vieras a un ex en Tinder.

Lo negativo

 

La historia de Majima brilla por su ausencia. Si esperas que Majima tenga un desarrollo de personaje, y que aprendamos más de él, no lo encontrarás aquí. La historia se centra más en los personajes secundarios (lo cual no está nada mal), sin embargo, a mi parecer, le faltó profundizar en la psique del Perro Loco. Tal vez para la próxima.

Navegar puede hacerse tedioso. Llegará un punto en el juego en el que podrás manejar tu propio barco pirata, y surcar los siete mares (bueno, eso no estoy seguro), pero si tendrás libertad de ir a donde quieras. Al principio es divertido, pero después de unas horas navegando, encontrarás que el barco es lento, aún con la opción de usar un turbo en determinados momentos.

Los villanos pudieron haber sido mejor. No hay falla en cuanto a diseño y personalidad, pero creo que pudieron haberles dado un poco más de contexto a muchos de ellos.

Conclusión

 

Comprálo de una vez si eres fan de Majima, te late el caos pirata o quieres ver a un yakuza tocar un violín que invoca tiburones. Espera una rebaja si prefieres historias más profundas o si tu PC es más vieja que el chiste del Pepito.

En resumen: Like a Dragon: Pirate Yakuza es como un taco de guisado: no es el más refinado, pero tiene tanto relleno que hasta te olvidas de la tortilla rota. Y aunque le faltó sazón en la trama, sigue siendo un viaje tan divertido como una borrachera en Acapulco… sin resaca.

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RANK 4/5

Si no has jugado ningún Yakuza y quieres probar con uno, éste es un título perfecto. Ya que el protagonista está con amnesia casi todo el tiempo, no es necesario saber algo al respecto de lo que ha pasado en juegos anteriores. 

¿Qué no me gustó? Que Majima, por primera vez, se siente como secundario en su propio juego. Su drama personal brilla por su ausencia, y los villanos son tan memorables como el nombre del presidente en turno. Eso sí, hay momentos que te sacan un «¡no maaaa!» (como cuando un personaje de Infinite Wealth reaparece para recordarte que debiste jugar ese juego primero).

Zacek

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