31 de octubre, 2024

Los videojuegos de terror han conquistado a millones de jugadores en todo el mundo, convirtiéndose en un fenómeno cultural que trasciende generaciones. Títulos como Silent Hill 2 y Until Dawn han dejado una marca indeleble en la industria, no solo por su jugabilidad, sino por sus profundas narrativas y su capacidad para evocar emociones intensas. Este género, a primera vista contradictorio, invita a los jugadores a enfrentar sus miedos de manera interactiva. Pero, ¿qué hay detrás de esta atracción por lo aterrador? Aquí exploramos cuatro claves psicológicas que explican por qué estos juegos resuenan tanto en el público.

1. Simulación de Riesgo en un Entorno Seguro

Uno de los principales atractivos de los videojuegos de terror es su capacidad para permitir que los jugadores experimenten el miedo sin enfrentar un peligro real. Este fenómeno, conocido como «suspensión segura», ofrece una experiencia de riesgo controlado, donde el cerebro puede practicar respuestas de supervivencia sin sufrir daño físico. En un mundo cada vez más seguro, esta simulación de peligro se convierte en una forma de adrenalina que muchos buscan activamente.

2. Identificación y Catarsis Emocional

Los juegos de terror también destacan por su habilidad para fomentar la identificación con los personajes. En títulos como Silent Hill 2, los profundos temas de culpa y pérdida crean una experiencia emocional rica. Los jugadores no solo sienten miedo; experimentan una catarsis emocional al conectarse con las luchas internas de los protagonistas. Este proceso les permite liberar tensiones y ansiedades propias, explorando sus emociones a través de la narrativa.

3. El Misterio y la Narrativa Compleja

El miedo no es el único motor que impulsa a los jugadores a sumergirse en estos mundos oscuros; el misterio juega un papel crucial. Juegos como Until Dawn ofrecen tramas enrevesadas, secretos por descubrir y giros argumentales que mantienen a los jugadores enganchados. Esta combinación de terror y curiosidad crea una experiencia adictiva, donde la necesidad de desentrañar el enigma es tan fuerte como el deseo de evitar el peligro.

4. La Confrontación de lo Desconocido

El miedo a lo desconocido es una de las emociones más primordiales de la experiencia humana. Los juegos de terror aprovechan esta ansiedad al presentar situaciones que generan inquietud: figuras que emergen de la niebla en Silent Hill o ruidos extraños en la oscuridad de Until Dawn. Esta incertidumbre genera una atmósfera de inquietud que provoca una reacción visceral en los jugadores, invitándolos a confrontar lo que temen.

Una Inmersión en el Miedo Controlado

La popularidad de los videojuegos de terror no solo radica en su mecánica de juego, sino en cómo juegan con nuestras emociones y nuestra biología. Desde la liberación que trae superar un desafío aterrador hasta la fascinación por el misterio, estos juegos crean una experiencia compleja y cautivadora. Until Dawn y Silent Hill 2, ya disponibles en PS5, son ejemplos perfectos de cómo el terror puede ser tanto aterrador como liberador, ofreciendo a los jugadores una oportunidad única para explorar sus miedos.

Adol Tribbiany