Gaming Reviews | Clock Tower Rewind
29 de octubre, 2024
Mi primer acercamiento a los survival horrors de manera oficial ocurrió en la era de la PlayStation, donde descubrí que este género me apasionaba profundamente. Había títulos que realmente marcaron un antes y un después en mi experiencia como jugador. Sin embargo, fue en la época del PlayStation 2 cuando empecé a explorar otros juegos que llevaban el concepto de “survival” a un extremo completamente nuevo. Fue entonces cuando tuve mi primer contacto con Clock Tower, que, curiosamente, era la tercera entrega de la franquicia.
La experiencia de jugar Clock Tower me cautivó de inmediato; la sensación de vulnerabilidad ante las amenazas que me perseguían casi constantemente se convirtió en una adicción irresistible. Me vi atrapado en su atmósfera escalofriante, y mi curiosidad me llevó a profundizar más en esta fascinante saga. Así fue como descubrí que las primeras entregas nunca habían visto la luz de manera oficial en América y que existía una especie de secuela desarrollada por el mismo equipo, titulada Haunting Ground (otra joya de la que hablaré en el futuro), entre otros títulos relacionados.
Clock Tower es, sin lugar a dudas, uno de los padres del género en la era contemporánea. Su primer título, lanzado en 1995 para el Super Nintendo, ofrecía una premisa sencilla pero sorprendentemente profunda. A medida que pasaron los años, la evolución de la tecnología permitió mejoras que intensificaron la experiencia de terror y mantuvieron viva su esencia inquietante.
Antes de comenzar esta reseña, quiero agradecer a WayForward por enviarnos una copia de Clock Tower Rewind para Nintendo Switch a la redacción de Frames. Gracias a ellos, tengo la oportunidad de compartir esta experiencia con ustedes.
Comenzamos
Parece un cliché, pero cuántas veces no hemos estado en casas antiguas o en lugares que emanan esa sensación lúgubre, donde la atmósfera es tan pesada que sientes que en cualquier momento podría suceder algo paranormal. Clock Tower captura esa premisa y nos transporta a un mundo donde lo inexplicable puede desatarse en un abrir y cerrar de ojos. Recuerdo cada instante en que me adentré en sus oscuros pasillos, con el corazón latiendo desbocado, preguntándome qué sombras acechaban en cada rincón.
Para la época en que se concibió este juego y las limitaciones técnicas que enfrentó, realmente se logró un trabajo excepcional. Clock Tower no solo me hizo sentir miedo, sino que también me sumergió en una experiencia que parecía cobrar vida en mis recuerdos más profundos. Las escenas se sienten tan vívidas que, en ocasiones, me vi obligado a poner el juego en pausa, buscando recuperar un poco de aliento mientras el terror me envolvía. Esa habilidad de transmitir el miedo en su forma más pura es un testimonio del legado que ha dejado en el género. Jugar Clock Tower fue, sin duda, una experiencia inolvidable, una danza constante entre el miedo y la curiosidad que todavía resuena en mi memoria.
Historia
La historia de Clock Tower Rewind nos transporta a septiembre, justo al momento en que la pesadilla comenzó por primera vez. Desde el instante en que cruzas el umbral de esa antigua mansión, la tensión se apodera de ti, haciéndote sentir como si cada paso que das te acercara un poco más al abismo. Asumes el papel de Jennifer Simpson, una joven huérfana que, junto a sus compañeras Laura, Ann y Lotte, ha sido adoptada por la enigmática Ms. Barrows. Al principio, todo parece una nueva oportunidad de vida, un escape de la incertidumbre en un lugar que, a primera vista, parece seguro. Pero esa mansión, coronada por una imponente torre con un reloj cuyas campanadas retumban como presagios de muerte, pronto revela su verdadera naturaleza.
No pasan ni cinco minutos y ya sientes que algo no va bien. El aire pesa, como si la casa misma supiera lo que está a punto de suceder. Estás ahí, observando cómo Ms. Barrows se excusa para buscar a su esposo. Los segundos se convierten en minutos, y la inquietud se instala en tu pecho. Jennifer, impulsada por una valentía nacida más del miedo que del coraje, decide investigar. Y entonces, todo se desmorona. Las luces se apagan sin aviso, y en la penumbra sientes como si algo te estuviera observando. El aire se vuelve sofocante, y de pronto, un grito. Un grito tan agudo y desesperado que se te queda grabado en el alma. Una de tus amigas ha desaparecido, y la mansión, de repente, parece mucho más grande… y mucho más peligrosa.
Es aquí donde Clock Tower te atrapa de verdad. Porque en ese momento te das cuenta de que estás solo. Jennifer está sola, y su única opción es sobrevivir. Pero sobrevivir no es sencillo cuando estás siendo cazado por Scissorman, un asesino cuyas enormes tijeras se cierran con un «clack» metálico que te sigue a cada paso. Ese sonido, ese maldito sonido, se convierte en tu peor enemigo, porque sabes que, cada vez que lo escuchas, está más cerca. No puedes enfrentarte a él, no puedes detenerlo. Solo puedes correr, esconderte y rezar para que no te encuentre.
Cada rincón de la mansión es una apuesta. Podría ser un escondite seguro, o podría ser la trampa que te lleva directo a esas tijeras. El miedo no viene solo de lo que ves, sino de lo que imaginas. Scissorman no necesita aparecer en pantalla para que el terror se apodere de ti; solo la posibilidad de que esté a punto de hacerlo es suficiente para mantenerte al borde del colapso.
Clock Tower no solo es un juego, es una experiencia que te deja marcado. Ese sentimiento de vulnerabilidad, de estar a merced de un loco del que no puedes escapar, se queda contigo mucho después de que apagas la consola. Y, sin embargo, siempre vuelves, porque hay algo en esa mansión, en ese terror primitivo, que te atrae una y otra vez que también denomino ESENCIA.
Jugabilidad
La jugabilidad de Clock Tower es una de esas experiencias que no se te olvida fácilmente. Es como un constante juego del gato y el ratón, pero con un asesino que parece tener un sexto sentido para encontrar las grietas en tus planes. A diferencia de otros survival horror de su época, aquí no hay armas ni forma de defenderte. Estás completamente indefenso, y esa es la clave de la tensión que Clock Tower crea con cada segundo que pasa.
El sistema point-and-click te da el control para explorar, investigar y, lo más importante, esconderte. Cada habitación de esa maldita mansión se siente como un rompecabezas macabro; cada rincón tiene el potencial de ser un refugio o una trampa. Pero, claro, no hay manera de saberlo hasta que ya es demasiado tarde.
Y ahí está Scissorman, siempre acechando. La primera vez que escuchas el sonido metálico de sus tijeras abriéndose y cerrándose, se te congela la sangre. Sabes que viene por ti, y el juego no te da más opción que correr. Recuerdo ese sentimiento de desesperación cada vez que el hombre de las tijeras aparecía, sin importar cuántas veces me lo encontrara, la reacción era la misma: pánico absoluto.
Una de las escenas más memorables —y frustrantes— era en el baño. Ahí estaba yo, corriendo con Jennifer por esos pasillos interminables, con el sonido de esas tijeras resonando a mis espaldas. Encuentro la puerta del baño y pienso, esta es mi oportunidad, puedo escapar. Cierro la puerta de un golpe, respiro profundo, y con manos temblorosas, le pongo el seguro. Un momento de alivio fugaz… hasta que veo a Scissorman al otro lado de la puerta, y el inconfundible sonido de las tijeras empieza a resonar de nuevo, como si estuviera cortando el aire mismo. El seguro no sirvió de nada. Scissorman tira la puerta con la misma facilidad que si nunca hubiera estado cerrada, y en ese momento, sé que estoy perdido. Me atrapa, el terror se convierte en derrota, y todo lo que queda es ese «Game Over» que aparece en la pantalla mientras la música te recuerda que no hay escape.
Gráficos
Al jugar el port de Clock Tower en una consola de actual generación como la Nintendo Switch, los gráficos, que provienen del original de 1995, revelan el contraste entre la tecnología de su tiempo y las capacidades modernas. Este port conserva los sprites en 2D y los fondos estáticos del juego original, que aunque básicos, aún transmiten el aura inquietante y la atmósfera sombría que hicieron de la versión original una experiencia única en el survival horror.
Al adaptarse a las pantallas de alta resolución de hoy en día, el estilo pixelado de Clock Tower puede parecer algo tosco, con personajes y escenarios menos detallados en comparación con los estándares actuales. Sin embargo, hay un cierto encanto en esa estética retro, especialmente para los jugadores que buscan una experiencia nostálgica o que disfrutan del arte más simple pero efectivo de épocas pasadas. El juego mantiene esa sensación de misterio, con sombras profundas y una paleta de colores oscuros que contribuyen a una ambientación inquietante.
En la Switch, los controles y la interfaz del juego se sienten fluidos, pero los gráficos conservan su fidelidad a los originales, sin grandes mejoras visuales. Si bien no se realizaron cambios drásticos, el port ofrece una experiencia accesible para las audiencias modernas, especialmente en modo portátil, donde el estilo gráfico puede sentirse más apropiado para la pequeña pantalla.
Aunque este port no aprovecha al máximo el hardware moderno en términos gráficos, sigue siendo un título cautivador para aquellos que valoran el terror atmosférico y disfrutan reviviendo clásicos en consolas actuales. Clock Tower en la Switch no impresiona visualmente como lo haría un título contemporáneo, pero su estilo gráfico sigue cumpliendo su propósito: mantenerte en tensión mientras exploras la mansión y tratas de escapar del asesino.
Dificultad
En esta versión de Clock Tower para Nintendo Switch, se ha añadido un sistema de rebobinado que, en teoría, debería facilitar el juego. Este sistema te permite regresar en el tiempo unos segundos, dándote una oportunidad de corregir decisiones desafortunadas. Sin embargo, como todo en Clock Tower, el juego sigue siendo implacable. A menudo, ese pequeño margen de tiempo no es suficiente para salvarte de una mala decisión, especialmente cuando Scissorman está cerca y cada segundo cuenta. Rebobinar no siempre garantiza la supervivencia, lo que añade otra capa de tensión: a pesar de tener esa herramienta moderna, aún puedes caer en sus temidas tijeras.
Afortunadamente, también tienes la opción de guardar el juego en cualquier punto, lo cual es un alivio considerando lo difícil que puede llegar a ser progresar sin errores. Esta función de guardado libre te permite retomar tu partida sin tener que repetir largas secciones, lo que aligera un poco la experiencia. Sin embargo, incluso con estos añadidos, Clock Tower no pierde su esencia desafiante. Sigue siendo un juego que te exige concentración, decisiones rápidas y, sobre todo, nervios de acero para superar la constante amenaza del hombre de las tijeras.
La posibilidad de rebobinar y guardar en cualquier momento lo hace más accesible para los jugadores modernos, pero no quita esa sensación de vulnerabilidad y peligro que define la experiencia.
Lo positivo
Poder jugar Clock Tower en una plataforma de actual generación es un verdadero regalo para los fans del survival horror y para aquellos que nunca tuvieron la oportunidad de experimentar este clásico en su momento. Lo positivo de que este juego esté disponible en una plataforma moderna es que ahora una nueva generación de jugadores puede conocer uno de los pilares fundacionales del género, uno de esos títulos que establecieron las bases del terror psicológico en los videojuegos. Clock Tower no solo es una obra pionera, sino que también ofrece una experiencia única, incluso comparada con los juegos de terror actuales.
Este port es una ventana al pasado, y al jugarlo puedes sentir cómo influyó en títulos posteriores como Resident Evil y Silent Hill, que expandieron la fórmula que Clock Tower ayudó a definir. La fórmula de indefensión total, la necesidad de esconderte y no poder combatir directamente a tu enemigo, es un concepto que sigue siendo efectivo y aterrador. Pocos juegos en su tiempo se atrevían a hacerte sentir tan vulnerable como lo hace este.
Tener Clock Tower disponible en 2024 significa que más personas podrán apreciar cómo, a pesar de sus limitaciones técnicas y gráficas, el juego logró crear una atmósfera de miedo genuino. Ver uno de los «padres» del survival horror de vuelta, siendo accesible para todos, no solo es un tributo a su legado, sino una oportunidad para recordar —o descubrir por primera vez— que el terror no necesita grandes gráficos o efectos especiales para funcionar. Solo necesita buena narrativa, tensión y la constante sensación de que el peligro está a la vuelta de la esquina.
Este port no solo es una invitación a los jugadores veteranos a revivir la experiencia, sino que también educa a los nuevos en las raíces del género. En una era donde el survival horror ha evolucionado hacia el realismo visual y la acción, volver a las raíces con Clock Tower es recordar que el terror más puro proviene de la incertidumbre y del sentimiento de estar desamparado. Que este título sea jugado hoy en día significa que la historia del género sigue viva, y que los jugadores pueden seguir descubriendo lo que hizo que este tipo de juegos se convirtiera en un fenómeno.
Lo negativo
Lo negativo de jugar Clock Tower en su port para la Nintendo Switch radica principalmente en el hecho de que, al ser un juego de 1995, muchos de sus aspectos técnicos han quedado obsoletos para los estándares actuales. Los gráficos, aunque nostálgicos para algunos, pueden parecer demasiado simples y toscos para los jugadores modernos que están acostumbrados a experiencias visuales más detalladas y fluidas. Las animaciones también pueden sentirse rígidas, y la interfaz point-and-click, aunque esencial para su época, puede parecer lenta e incómoda en comparación con los controles más dinámicos de los juegos actuales.
Otro aspecto que podría considerarse negativo es la falta de contenido o mejoras significativas en el port. Si bien el sistema de rebobinado y la posibilidad de guardar en cualquier momento son adiciones bienvenidas, se siente como una oportunidad perdida no haber incorporado una mejora gráfica o de jugabilidad que modernizara la experiencia. En lugar de ser un simple port, una remasterización completa habría sido una forma ideal de presentar este clásico a nuevas audiencias, manteniendo su esencia pero mejorando visuales, animaciones y control para adaptarse a las expectativas modernas.
Dicho esto, Clock Tower sigue siendo un juego de culto por una razón. Si bien sus limitaciones técnicas pueden ser un obstáculo para algunos, una remasterización completa podría ser la evolución natural para traer este clásico al presente de una manera que honre su legado mientras lo adapta a las demandas de los tiempos actuales. Con una nueva capa de pintura y algunos ajustes en la jugabilidad, podría no solo revivir su estatus icónico, sino también convertirse en una experiencia aún más accesible y atractiva para las audiencias de hoy.
Conclusión
En el crepúsculo de los recuerdos, Clock Tower se erige como un faro de nostalgia y terror, un testimonio de una época donde el miedo se sentía crudo y palpable. Al sumergirnos en la mansión sombría, cada rincón es un susurro del pasado, cada sombra un eco de la desesperación de Jennifer y sus amigas. Las tijeras de Scissorman, siempre acechando, nos recuerdan que la muerte nunca está lejos, esperando el momento oportuno para desatar su horror.
Cada paso en la mansión es un viaje a través de los recuerdos, un recordatorio de que el verdadero terror no solo reside en los monstruos que nos persiguen, sino en la sensación de desamparo que nos envuelve. La atmósfera opresiva y la constante incertidumbre nos atrapan en un abrazo helado, donde la vida y la muerte se entrelazan en un delicado y aterrador juego.
En un mundo saturado de luces brillantes y gráficos deslumbrantes, Clock Tower nos invita a regresar a lo esencial, a lo primordial del miedo. Su legado perdura como un recordatorio de que, a veces, lo que más tememos es lo desconocido que acecha en la oscuridad. En su simpleza, encontramos una belleza desgarradora, una conexión con nuestros temores más profundos y una apreciación por lo que significa enfrentar lo inminente. Al final, cada partida se convierte en una danza entre la esperanza y la muerte, donde la nostalgia y el terror se funden en una experiencia inolvidable que siempre nos atraerá de vuelta a sus siniestras puertas.
RANK 4/5
Agradezco de nueva cuenta a Wayforward por enviarnos una copia del juego para la redacción de Frames y permitirnos hacer esta reseña.
Jennifer, está vez logramos escapar, sin embargo, no sabemos qué pasará el día de mañana.
Dios Gokú