Cine Reviews | M20 Matamoros ejido 20

M20-Matamoros-ejido-20

16 de octubre, 2024

La vida en la frontera del país es complicada, más aún cuando hablamos de ciudades como Tijuana, Ciudad Juárez o Matamoros, divididas entre la dualidad y disparidad de dos naciones, la violencia generada por el crimen organizado  que encuentra en estos territorios los puntos perfectos para sus negocios, así como las condiciones de violencia que estas mismas actividades generan en las poblaciones, además de la precariedad que obliga a la población a unirse a estos grupos o a buscar mejores condiciones de vida del otro lado de la frontera.

Es justo en la ciudad de Matamoros donde tiene lugar la historia de este documental, en el que un grupo de hombres encuentran en la danza una manera de afianzar su relación con su comunidad, su entorno, sus relaciones e incluso sus creencias.

M20 Matamoros Ejido 20, ópera prima de la directora Leonor Maldonado, recopila los testimonios de distintos hombres que han hallado en la danza una forma de expresar la totalidad de su contexto.

Gran parte de las historias plasmadas en esta película están lamentablemente relacionadas con un entorno de violencia, generado principalmente por el crimen organizado y sus actividades. Y es que  justo el crimen organizado se convierte casi un personaje más dentro de toda esta narrativa, ya que desapariciones, ausencias y vivencias cotidianas están marcadas por este contexto que forma parte importante de las historias de estos hombres. Haciendo del crimen una sombra constante sobre todos los habitantes de la región.

En ese sentido, la directora nos muestra esto no solo mediante los testimonios de los protagonistas, sino también a través de las interacciones que estos tienen, donde es notorio que todo este contexto permea incluso en sus conversaciones, donde se usan modismos propios del crimen en situaciones tan comunes como reuniones o actividades cotidianas, mostrando con esto tambien la naturalidad con la que esta realidad se ha adaptado a la vida de la ciudad y sus habitantes, convirtiéndose en otro sector económico de la zona, una vía más para que la población subsista y siga adelante.

Por otro lado, el gran protagonista de este documental es la danza, que cobra vida e identidad desde las vivencias de cada uno de los participantes. La directora realiza un trabajo increíble al utilizar la cámara para representar esa fuerza que impone el estilo de danza que los miembros de M20 han impregnado en ella.

Durante la película, es posible contrastar su estilo con el de otros pueblos y municipios, que muestran movimientos y estéticas más tradicionales, festivas o folclóricas. En cambio, los miembros de M20 parecen interpretar casi una danza de guerra, llena de fuerza y presencia, marchando de manera casi militar. Cada movimiento no solo marca un sello distintivo, sino que carga consigo parte del contexto e historia de cada uno de ellos.

En general, esta película realiza un gran trabajo al mostrarnos, a través de la danza, una ventana a la vida no solo de los involucrados, sino también de las vivencias de una ciudad que ha normalizado la violencia, pero que A pesar de ello luchan por encontrar mejores oportunidades y condiciones de vida y que halla en esta expresión artística una manera de identificarse y enorgullecerse de su propia identidad, sin importar su origen, uniendo a sus miembros en una conexión casi de hermandad.

En conclusión, M20 Matamoros Ejido 20 no solo es un documental que nos permite asomarnos a la complejidad de la vida de una ciudad y parte de los individuos que la conforman, sino que también nos invita a reflexionar sobre la fuerza de un grupo de hombres que encontraron una manera resistencia a través de la danza. La obra de Leonor Maldonado nos confronta con realidades dolorosas, pero también celebra la creatividad y voluntad de quienes buscan transformar su entorno por medio de su pasión. Sin duda, es una experiencia que merece ser vivida y que resonará en la mente de quienes se atrevan a adentrarse en este relato sincero y conmovedor.

No me queda más que agradecer a Artegios Distribución por la invitación y el gran trato, así como a mis compañeros en la redacción de FRAMES.

Saludos y nos vemos en la siguiente reseña.

Adol Tribbiany

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