Como es habitual, antes de adentrarnos en la reseña, echemos un vistazo al contexto de esta entrega. Resulta interesante notar que no se trata ni de una precuela ni de una secuela, y nuestro protagonista lleva el nombre de Sargon (debo confesar que me agradó bastante el nombre). Algo curioso y que, de cierta manera, evita dejar en el olvido la trilogía de Sands of Time, es que los elementos que se usaban en ese entonces ahora son controlados por el villano del juego.

¿Quién es nuestro protagonista?

Dado que es la primera vez que conocemos a este personaje y para evitar arruinarles la historia, quedémonos en que Sargon forma parte de los siete inmortales, descrito por el equipo como un «guerrero joven dotado», uno que es «acrobático», «rápido» y «ágil», listo para enfrentar a cualquier enemigo que se le cruce en el camino. Y cuando digo «cualquier», lo digo en serio, ya que a medida que avanzas en la historia, te darás cuenta de la variedad impresionante de enemigos que nuestro joven protagonista tendrá que combatir. Es importante señalar que él no es el príncipe, lo que cambia por completo la dinámica de la historia que comienza a desenvolverse.